El concepto de Decisiones Informadas por Datos aplicado al contexto medioambiental
La frase “Los datosson el nuevo petróleo“, pronunciada por el matemático británico Clive Humby, está muy extendida entre los profesionales de la ciencia de datos. Pero la segunda parte de su discurso, menos conocida, contiene un detalle que cambia toda nuestra relación con este recurso: “Son valiosos, pero si no se refinan, no se pueden utilizar”.
De hecho, según Statista, una empresa global de datos e inteligencia de mercado, se prevé que en 2025 se generarán más de 180 zetabytes (o más de 200 sextillones de bytes) de datos. Esta información se genera a través de las redes sociales y de la navegación por sitios web y aplicaciones, pero también procede de herramientas de vigilancia utilizadas por industrias, centros de investigación, universidades, gobiernos y otros. ¿Cómo organizar, filtrar, interpretar y utilizar un volumen tan grande de contenidos?
¿Cómo se utilizan (o deben utilizarse) los datos en el ámbito medioambiental?
Más concretamente, en el ámbito medioambiental, los principales datos generados están relacionados con la vigilancia del aire, el agua y el suelo, la gestión de residuos industriales y la investigación de zonas contaminadas, entre otros. Una vez procesada, esta información se utiliza principalmente para adquirir licencias de explotación, alimentar los informes de sostenibilidad e informar a los organismos medioambientales. Y aquí es donde se pierden grandes oportunidades.
La gestión de datos no debe limitarse a responder a las exigencias de los inversores y las organizaciones medioambientales. Para que te hagas una idea, en Brasil hay en curso más de 200.000 pleitos medioambientales, con multas e indemnizaciones que van de miles a miles de millones de reales. En este escenario, la gestión inteligente debe utilizar los datos en particular para gestionar los riesgos y prevenir las catástrofes.
La falta de conocimiento de los datos puede tener consecuencias devastadoras:
- Problemas de gobernanza y violación de la normativa medioambiental
- Despilfarro de recursos
- Daño a la reputación
- Pérdidas económicas que podrían ascender a miles de millones en multas, indemnizaciones y costes legales.
Las mayores dificultades en la gestión de datos
Como dije al principio de este texto, los datos en bruto, como el petróleo crudo, son imposibles de utilizar. Estos son los mayores retos a los que se enfrentan los gobiernos y las empresas:
- Dificultad para analizar un gran volumen de datos
- Datos inexactos o de baja calidad
- Variedad de formatos que no permiten un análisis unificado
- Falta de una cultura de toma de decisiones basada en datos
- Comunicación ineficaz entre los distintos sectores implicados
La ciencia de los datos permite tomar decisiones acertadas
Es imposible extraer cualquier comprensión de un volumen tan grande de contenido (más conocido como Big Data) si no se sistematiza mínimamente de forma que se limpien los datos, se identifiquen patrones y anomalías, se validen y se creen visualizaciones gráficas para luego interpretarlos y extraer de ellos información útil. Por eso la ciencia de datos es esencial si realmente quieres ser capaz de sacar conclusiones y tomar decisiones basadas en datos.
Es lo que se denomina Toma de Decisiones Informada por Datos(DIDM). En la gestión medioambiental, permiten proyectos más eficientes, ejecutados en menos tiempo y a menor coste. También optimizan la gestión de las zonas contaminadas y prestan apoyo técnico en casos de litigios y desacuerdos.
Existen en el mercado sistemas de información geográfica (SIG) que ayudan a los profesionales a controlar diversos indicadores. Uno de ellos es EnviroAsset, producido por el equipo de NewFields Brasil. La plataforma tiene una interfaz fácil de usar y un equipo de Ciencia de Datos que organiza y prepara los datos medioambientales para que puedan visualizarse y analizarse con precisión.
Para saber más sobre la plataforma y lo que puede hacer por tu empresa, ponte en contacto con nuestro equipo.